"Afrodita estaba celosa de la belleza de una mujer mortal llamada Psique. Pidió a su hijo Eros que usara sus flechas doradas para hacer que Psique se enamorase del hombre más feo del mundo. Eros accedió pero terminó enamorándose él mismo de Psique. Eros le pidió a Psique que no encendiese jamás ninguna lámpara porque no quería que Psique supiera quién era, pero sus hermanas, celosas de ella, la convencieron de que lo hiciera, y Eros la abandonó.
Desesperada por recuperar su amor, Psique se somete a los trabajos que Afrodita, celosa de su belleza, le impone.
Uno de esos trabajos es el de entregarle a ella un poco de su belleza.
Psique siente curiosidad por la caja que contiene la belleza de la diosa y una vez más sucumbe ante el misterio: abre la caja y en ella no encuentra nada de belleza, sino un infernal sueño que la deja inerte, sin movimiento.
Pero Eros, que está profundamente enamorado de ella, la salva y le piden al Dios supremo (Júpiter) que nadie pueda deshacer esta unión.
Pero Eros, que está profundamente enamorado de ella, la salva y le piden al Dios supremo (Júpiter) que nadie pueda deshacer esta unión.
Finalmente, convierten a Psique en inmortal y a partir de ese día, Psique (la esencia del ser humano) y Eros (el amor) están juntos para siempre."
Esa es la envidia de Afrodita, la esencia del ser humano, el "ALMA".
Todos los seres humanos tenemos alma. Un alma que nos duele cuando nos hacen daño, cuando nos decepcionan cuando no sabemos explicar qué parte del cuerpo nos duele, pero sentimos que morimos por dentro. Nos duele el alma.
Cuando queremos con todas nuestras fuerzas, no queremos con el corazón, el corazón bombea la sangre de nuestro cuerpo, punto. Queremos con toda el alma. El Alma es nuestra belleza interior, es lo que nos diferencia de los Dioses (si existieran). Belleza por dentro, belleza por fuera, por eso nos envidian. Porque tenemos Alma...
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